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martes, 8 de diciembre de 2009

"En la cama" (2005)

"En la cama" (Matías Bize. Chile, Alemania. 2005) nos demuestra que es viable sostener un guión con dos personajes durante casi 1 hora y media, sin que ello implique un desgaste significativo del ritmo o del interés que pueden despertar sus protagonistas. Además, la cama como escenario da juego a una suerte innumerable de posturas y dinámicas que, con sexo o sin él, permiten asomarnos un poco a las vidas de Daniela (Blanca Lewin) y Bruno (Gonzalo Valenzuela), dos casi desconocidos que acaban la noche en un motel dando rienda suelta a una pasión que dejará huella.
La película es sexual sin ser explícita; es humana sin caer en la sensiblería; es real con muchos tintes de fantasía. Tiene algo de desparpajo y es, a la vez, muy pacata, siempre como juego de la dualidad de sus personajes: son tan abiertos y desenfadados en lo físico, pero muy cuidadosos y reservados en lo que concierne a sus sentimientos. Quizás un poco como todos, que muchas veces damos una imagen de absoluta seguridad, cuando por dentro no dejamos de temblar de miedo y desesperación frente a aquello que nos aterroriza. Además, muchas relaciones humanas son así: superficiales y químicas, más que profundas y complejas.
Lewin y Valenzuela, dos actores curtidos principalmente en televisión, pero con presencia también en teatro, se complementan perfectamente y hacen de su "relación" algo creíble, cuando no resulta tarea fácil jugar con los mínimos elementos de atrezo y darle consistencia a un entorno casi desnudo.
Si bien el guión está bien hecho y los diálogos son muy cotidianos, a ratos suena cursi y pierde una frescura que la podría haber convertido en la hermana "desinhibida" de "Antes del amanecer" (Richard Linklater, 1995), guardando las distancias.
Creo que Bize tiene una buena mano para contar historias. Ayer, de hecho, también vi uno de sus cortos ("Llamando", 2005, con una magnífica Elena Corredera), que resultó ser una grata sorpresa. Pero quizás le faltó un poco más de atrevimiento, de llegar un poco más adentro de sus personajes. De todas formas, es una buena razón para convencerse de las buenas ideas que se están contando en la parte baja de Sudamérica.

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