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sábado, 10 de enero de 2009

"Te doy mis ojos" (2003)

Esta noche he visto la película de Icíar Bollaín, "Te doy mis ojos", que le valió varios reconocimientos cinematográficos y reafirmar su calidad como directora. La trama se hunde en la vida de una mujer maltratada, no tanto de forma física como de psicológica. La directora la asume con prudencia, quizás empatizando con la historia desde el punto de vista femenino, sin caer en el melodrama de excesos y golpes, sino con una violencia latente, el miedo como protagonista y un viaje sin retorno al amor enfermizo.

Pilar, el personaje sobre el cual se asienta la historia, está magistralmente interpretado por Laia Marull (próximamente en una película filmada en USA, Gallowwalker) es una mujer rota. Tal como ella dice, sus heridas no son externas sino que las lleva por dentro. Vive presa del miedo y del amor, en un juego de más sombras que luces, que la lleva al límite de su cuerpo, sus creencias, su valor personal y su vida.

Su contraparte -el siempre efectivo Luis Tosar- es Antonio, un hombre con muchas carencias y prisionero de sí mismo, que terminará por llevar a su celda a todos los que lo rodean. Su inseguridad, sus miedos, su virilidad amenazada por sus propias fantasías, lo arrastran en un caudal de sentimientos negativos y actos deplorables. Sin justificarlo, creo que no podría haber sido de otra forma. En su vida no había otra posibilidad, otra realidad. Sólo amaba de una forma equivocada, enferma y quizás a quien no debía.

Lo bueno de la película es su distancia para no caer en el facilismo de un tema muy actual, que siempre despierta sentimientos en el espectador. Por el contrario, lo aborda como un testigo mudo de una realidad vigente, dolorosa y trágica, y aunque existe esa empatía hacia la víctima, no deja de mostrar el lado "humano" del victimario, sus intentos por ser mejor, por cambiar, por tratar de ofrecer algo que no es capaz de entregar. Al menos, se agradece que no se haya caricaturizado al abusador como un ogro sin sentimientos.

Como toda obra, tiene sus debilidades, pero se minimizan en una historia potente, bien actuada - con un reparto que completan Candela Peña y Rosa María Sardá-, y dirigida con oficio y talento por Bollaín.
miércoles, 7 de enero de 2009

"The Tune" (1992)

Hace muchos años, creo que fue en "El show de Tracey Ullman" -aunque no estoy seguro de si fue ahí porque ese fue el origen de "Los Simpsons"- o quizás en algunas cortinas de MTV, conocí los dibujos de Bill Plympton, un artista americano del comic con un estilo muy particular, irónico y bastante libre.

Ayer, me puse a ver "The tune", una de sus películas y me pareció genial. Un compositor desesperado por la falta de imaginación, hace un corto pero intenso viaje a través de lugares y personajes que le ayudan a encontrar aquellas letras y notas musicales que lo han abandonado. Plympton, con una mano muy suelta para el dibujo y con bastante humor, nos lleva a través de este viaje junto a canciones muy interesantes y graciosas, cada una con su particular estilo, sin caer en la repetición innecesaria.

Dura algo menos de 70 minutos, pero me parece un metraje perfecto para un producto de este tipo (y que quede registrado que no uso producto con sentido peyorativo). El director-dibujante sabe como llenar cada segundo y no nos deja de asombrar con una mente privilegiada para una imaginería artística de primer nivel y muy creativa.

Es uno de aquellos pequeños lujos que se pueden tener hoy en día gracias al amplio mercado del DVD que, debo reconocer, cada día me sorprende más por su amplia y arriesgada oferta. Que siga así.
martes, 6 de enero de 2009

"Night on Earth" (1991)

Como es una época de ver películas, he aprovechado para ponerme al día con una de las que tenía pendientes de ver hace tiempo y, pese a no ser de mis directores favoritos, la experiencia no ha sido nada negativa.

Por un lado, tengo debilidad por los repartos corales y la suma de nombres talentosos siempre me llama la atención: Gena Rowlands, Winona Ryder, Armin Mueller-Stahl, Roberto Benigni, Rosie Perez y Beatrice Dalle, son las cabezas de un cast de ensueño, acompañados de secundarios poco conocidos para el gran público.

"Noche en la tierra" nos recrea cinco historias de taxi en diferentes ciudades: Los Angeles, Nueva York, Paris, Roma y Helsinki, en las que su director, Jim Jarmusch, se adentra sin muchas profundizaciones en los mundos y realidades de cada uno de los personajes, algunos satisfechos con la vida, otros que buscan su destino, mientras unos disfrutan de una condición que otros padecen. Así, cada una de las historias es independiente y precisa, sin muchos recovecos, pero permiten al espectador conocer unas vivencias que no le son propias, pero que puede percibirlas como reales.

Lo que me pasa con Jarmusch es que creo que se le sobrevalora, pero no puedo decir que no tenga oficio. Sabe llevar la historia y apunta siempre hacia el éxito, pero con un tinte de independiente y rebelde que se ha convertido en su alternativo estilo de cine. Sus otras cintas lo demuestran: Coffee and cigarettes, Flores Rotas o Dead Man, que han tenido repercusión en los círculos cinematográficos, pero que no han sido acompañadas por grandes taquillas.

Ya sabemos que el público prefiere el circo a la calidad, en la gran mayoría de las veces, pero aquí llegamos a la eterna discusión: ¿hago arte para mí y una élite, o para el público en general?
domingo, 4 de enero de 2009

"Once" (2006)

Escribir sobre "Once" cuando la he terminado de ver hace unos pocos minutos me parece difícil. No porque me cueste escribir sobre ella, sino porque deja una sensación tan agradable el verla y unas ganas de procesar toda esa música otra vez, que hasta parece una falta de respeto el aventurarse en algo así.

La cinta se caracteriza por una historia muy sencilla, simple, cotidiana sin ir muy lejos: chico+chica que se "deslumbran" al ritmo de la música que componen y tocan, y que, por las vueltas de la vida, les ocurren cosas que los hacen seguir el camino que deciden tomar (no voy a contar nada específico de la película por si alguien no la ha visto). Hasta aquí, puede parecer cualquier trama ya sabida, pero la gracia es que está contada sin ñoñerías ni con la facilidad de muchos films: simplemente las cosas ocurren en su debido tiempo y de la forma en que deben ocurrir.

Es allí donde radica su principal encanto, su fortaleza: en una historia de ¿amor? sin dobleces ni mentiras, donde lo que vemos es lo que hay. Casi la vivimos en carne propia y entendemos lo que ocurre, las reacciones y los momentos. Todo esto acompañado de una música muy lograda, correcta y precisa para cada instante, que llega a su punto más alto -desde un punto de vista muy personal- la primera vez que cantan juntos, pero que casi nunca agota (excepto en un track que se repite varias veces en la segunda mitad y que puede llegar a cansar).

Uno de los descubrimientos de la película es el talento de los actores: Glen Hansard y Markéta Irglová, que no sólo interpretan a los personajes y las canciones, sino que además firman la letra y la música de toda la banda sonora. Sus carreras han sido bastante mínimas y, de momento, no tienen nuevos proyectos actorales en carpeta.

Nominada al Oscar y al Grammy por su música -sólo ganó el primero por Mejor Canción por "Falling slowly"- y triunfadora en muchos festivales, aclamada por la crítica y el público, "Once" se convirtió en un fenómeno hace un par de años, incluso siendo considerada una película indie y "pequeña", más aún porque su director John Carney se ha caracterizado por films de bajísimo presupuesto, prácticamente artesanales. Después de ella, Carney se encuentra finalizando un proyecto que nunca llegó a ver la luz y en la pre-producción de uno nuevo.

La película tiene mucho más encanto que talento cinematográfico, pero nos enseña una importante lección: las buenas historias conquistan a crítica y público cuando son honestas y no intentan engañar a nadie. Éste debería ser un tópico más común en un cine sobrecargado de espectacularidad vacua y demasiadas expectativas. Quizás el verdadero camino esté en el corazón y el alma, en buenas ideas y en un trabajo más personal.

"RocknRolla" (2008)


La última película de Guy Ritchie, el ex de Madonna, es toda una experiencia. No sólo por el incansable juego de imágenes en distintas velocidades que inundan la pantalla, ni por el reparto coral de calidad que sostiene el film, ni por ser el regreso -después de varios tropiezos- de un director que tiene muchas cosas que decir aún. No,
RocknRolla va mucho más allá.

De momento, es una de las cintas más adrenalínicas que he visto el último año, con un constante juego de verdad/mentira, malos/muy malos, culpables/más culpables, que la llenan de momentos de tensión y otros muy cómicos. Y aquí es donde le doy, quizás, la mayor valoración: en que no se toma en serio a sí misma como película de acción, algo que siempre se agradece entre tantas pretensiones -casi nunca bien logradas- o vueltas de tuerca imposibles.

Ritchie, que además ha escrito la historia, tiene ese toque
tarantiniano de saber cómo quitarle hierro a las escenas cuando parecen demasiado serias y lograr una risa cómplice del público que está disfrutando ante algo muy poco acartonado y que no quiere ser perfecto. Recurre a la humanidad de los personajes, a sus propias carencias y debilidades, y a esos momentos de la vida en que no todo debe llegar al lugar que habíamos planeado. No hay un plan perfecto ni todos ganan en la vida; los malos son a veces menos malos de lo que aparentan y, los muy malos, tienen un lado que los hace ser peores.

Y, por sobre todo, sabe reirse de sí mismo y compone una película como ésta, que logra mantener el interés, que es capaz de sorprender y que no pierde su norte en ningún momento: no es cine arte ni una obra del neorrealismo italiano. No, simplemente es lo que quiere ver el gran público: entretenimiento, acción, risas y una historia que tenga de donde asirse para no caer en el ridículo, en la autocomplacencia o en la autosatisfacción en la búsqueda de grandes cosas.

Muy bien elegida la música, que acompaña en todo momento el ambiente y la acción. Y menciono nuevamente a los actores: Thandie Newton, el veterano Tom Wilkinson y Gerard Butler, entre los más conocidos. Cada uno está donde debe estar y eso es un gran trabajo del director-guionista.