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sábado, 15 de agosto de 2009

"Up" (2009)

La última aventura fílmica de la factoría Pixar es una maravilla visual, más allá de toda imaginación. Si ya nos habían deslumbrado con "Wall.E" y sus acabadas texturas, el colorido de "Up" es infinitamente mejor y la calidad de sus diseños, supera lo establecido, alcanzando niveles de realismo que ni la propia realidad es capaz de igualar.

Pero no todo es imagen, porque tras una fachada perfectamente pixelada, la historia desborda humanidad desde el principio hasta el final. Es una película de aventuras, pero que no deja de lado el entorno emocional de los personajes ni las motivaciones que los llevan a formar parte de esta larga travesía.

Carl Fredricksen (cuya voz pertenece a Ed Asner, importante figura televisiva en EE.UU.), tras la muerte de su mujer y acosado por sus "vecinos", decide emprender el viaje de su vida. Llena su casa de globos y se eleva al cielo con casa y todo. Pero no está sólo y, al poco andar (¿volar?) descubre a Russell, un niño explorador que se convertirá en un espontáneo acompañante.

El guión tiene algunas pequeñas lagunas, quizás más de las que habíamos visto antes en las películas de Pixar, pero esos baches se perdonan ante la impecable realización y ante la madurez alcanzada por el cine de animación digital. Además, se agradece que las películas llamadas "infantiles" sean cada vez un producto más adulto, más completo. Como siempre, las lecturas que se pueden hacer de una inocente historia de aventuras son innumerables, porque ella esconde importantes referencias a las familias, al amor, a la vida, a la amistad y a muchos otros valores.

Con una serie de referencias a otras películas o programas de televisión, "Up" se ha encumbrado a lo más alto del cine animado. Y la secuencia que nos explica la vida de Carl en los primeros minutos del film, debe ser una de las más bellas y bien contadas de la historia del cine, reafirmando aquella manida frase: "una imagen vale más que mil palabras". Imposible haberlo hecho mejor de otra forma.

Impecable es el corto que acompaña a "Up", titulado "Partly Cloudy" (Parcialmente nublado o Nublado parcial). Entrañable, tierno, con una factura técnica y una imaginación desbordantes. Carcajadas y lágrimas desde el primer momento. ¿Para cuándo la próxima?

"El ladrón de bicicletas" (1948)

La película de Vittorio de Sica, "El ladrón de bicicletas" (Ladri di biciclette), además de ser un fiel referente de una dura época de la historia reciente, es un ejercicio catártico que lleva a un hombre común a una situación límite en un entorno hostil. Y todo esto filmado con maestría, con mucha sencillez y con total franqueza.

Inscrita dentro del neorrealismo italiano(*), la película se convirtió en uno de los máximos referentes de esta tendencia o lenguaje cinematográfico. Su simpleza exterior oculta una profunda crítica a un sistema que no sabe cómo recuperarse, a una situación insostenible y a una sociedad que no es capaz de abrir las brechas de clase para una reconstrucción más rápida y efectiva.

Filmada en riguroso blanco y negro, con un reducido número de actores y recorriendo la periferia romana de la época, nos cuenta la historia de un hombre que consigue trabajo como colocador de carteles -para lo cual necesariamente debe poseer una bicicleta- y que, en su primer día, es víctima del robo de su medio de transporte. Esto no implica sólo un problema laboral, sino que se relaciona con toda una situación de precariedad, que lo arrastra tanto a él como a su familia.

A partir de ese momento, la realidad de Antonio Ricci (interpretado por Lamberto Maggiorani) se verá amenazada por la desesperación y la búsqueda incesante de su bicicleta, acompañado de su hijo Bruno (Enzo Staiola), proceso durante el cual somos testigos no solamente de las pesquisas, sino de un amplio abanico de emociones y sensaciones en la relación padre-hijo, y en el interior del protagonista. Así, encontramos a un hombre que duda si exponer su integridad y traspasar una convencional línea de acción, o quedarse sumido en la miseria.

Duro relato, magistralmente creado, y completamente universal. Su sombra en la actualidad quizás es mucho más grande de lo que creemos.

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(*) Movimiento surgido en el país peninsular después de la II Guerra Mundial y que se caracterizó por ser bastante crudo, muy simple en su estructura -actores no profesionales en su mayoría, filmaciones al aire libre, entre otras- y con guiones que trataban la reconstrucción económica y social de una nación desolada por los efectos del conflicto bélico, centrándose en las clases menos privilegiadas.
viernes, 14 de agosto de 2009

"Ex" (2009)


Una comedia coral, romántica y ligera nos llega desde Italia precedida de un importante éxito en las taquillas. "Ex" -dirigida por Fausto Brizzi, director y escritor que ha hecho carrera en televisión principalmente- habla de la universalidad del amor, visto a través de las relaciones pasadas y presentes de una serie de variopintos personajes.

Parejas que se separan y que se reencuentran. Fanáticos de la soltería y enamorados enfermizos. Amores que renacen y otros que mueren irremediablemente. No queda fuera ninguna manifestación romántica, aunque se echa en falta algo de originalidad en algunas de ellas que podrían haber dado mucho juego.

Innegable heredera de otras películas como "Love actually" -además de una larga lista de cintas de los últimos 50 años- y algunas comedias de situaciones (sitcoms) como "Friends", la historia se desarrolla paralelamente en Italia, Francia y Nueva Zelanda, reafirmando que su lenguaje no tiene ninguna limitación física y que los celos, el amor o la pasión, no tienen meridianos ni paralelos.

Sus actores, de amplia carrera en el cine y la televisión italiana, entre los que encontramos, por citar algunos, a Claudia Gerini y Alessandro Gassman, se mantienen en un nivel comedido, sin grandes interpretaciones, pero muy adecuados en su papel.

Con momentos de mucho humor, con una buena dosis de drama, una pizca pequeña de tensión y algunas salidas muy predecibles (quizás esta es su mayor debilidad), "Ex" se puede ver sin remordimientos, pero sin grandes expectativas. Podemos decir que entra fácilmente en la categoría de placeres culpables, quizás acompañando a "Mi gran boda griega" o la misma "Love actually".
miércoles, 12 de agosto de 2009

Y más películas

Y más películas

Aprovechando lo que queda de vacaciones, esta semana también he tenido mis sesiones de cine:

1. "Pesadilla antes de Navidad", como aperitivo para ver "Los mundos de Coraline". Cine de animación del más alto nivel.

2. "Frozen River", otra película independiente americana de la cual hablaré llegado el momento. Creo que aún tengo que procesarla un poco más.

3. "Dreamgirls", musical inspirado -dicen- en las Supremes de Diana Ross. Entretenimiento ligero con una genial Jennifer Hudson.

4. Repetí "LOL", porque insisto en que la mirada que el cine francés le da a las cosas, tiene un algo especial.

Pendientes tengo: "The Wrestler", "Un cuento de Navidad" con Catherine Deneuve y "Gomorra", la provocación italiana sobre la mafia, que arrasó con varios premios el año pasado. Además de "Por fin viuda", "Camino", "Klute", "Ran", "Descalzos en el parque", "La envidiosa", y un largo etcétera.

Tanto cine por ver aún. Y tanto que escribir sobre él. ¿Alguien me quiere pagar por hacerlo para poder dedicarle todo el tiempo?

"La boda de Rachel" (2008)

Ha pasado mucho tiempo desde que el director Jonathan Demme nos golpease con "El silencio de los corderos" y "Philadelphia", pero su productividad no ha cesado. Una muestra de ello es la reciente "La boda de Rachel" (Rachel getting married), protagonizada por Rosemarie DeWitt y por Anne Hathaway ("El diablo viste Prada", "Brokeback mountain").

Con la excusa de la boda de su hermana, Kym (Hathaway) sale del centro de rehabilitación donde se encuentra para encontrarse con una familia y un grupo de amigos que le resultan desconocidos. Las tensiones presentes y las heridas pasadas aparecen primero con sutileza, para luego desatarse en una tormenta de emociones, donde cada uno tendrá que cargar con los dolores propios.

La disfuncional familia y la felicidad del momento, son la excusa que Demme propone para sacar a relucir muchas cosas que vemos en lo cotidiano: las palabras dichas y aquellas que no es necesario expresar, el resentimiento y la intención de proteger nuestro entorno cercano, aquel lugar donde pueden convivir lo dulce y lo amargo sin mayores problemas.

Hathaway obtuvo su primera candidatura al Oscar como Actriz Principal por "La boda de Rachel". Y no ha sido exagerado. Nos tenía acostumbrados a un exceso de dulzura y corrección que no aparecen ni por asomo en este personaje. Por el contrario, es capaz de sacar a relucir una oscuridad muy difícil de manejar sin caer en la caricatura, demostrando que tiene muchos más registros por explorar en sus próximos proyectos.

Con una estética y producción más bien independiente, la película se deja ver sin problemas. No fue uno de los grandes estrenos ni una de las favoritas del público, pero Demme demuestra que aún tiene talento para sacar partido de sus actores y que no ha olvidado el oficio que lo puso en el centro de Hollywood hace 15 años.

Por lo demás, creo que se abusa de la música (algo muy común en estos días) y hay un par de escenas francamente editables. Quizás el resultado hubiese sido mejor evitando algunos adornos y dando mayor relevancia a la carga interna de los personajes que, sin dejar de tenerla, deja algunos cabos sueltos.

Ojo a la aparición de Debra Winger, a quien cada vez vemos menos en las pantallas.