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sábado, 14 de febrero de 2009

"The reader" (2008)

La última película de Stephen Daldry es un ejercicio incompleto. Es imposible negar su talento, que ya vimos con mayor intensidad en "Billy Elliot" o "Las horas", pero que en "The reader" se queda corto. Falta emoción natural y no forzada, sobra música, falla el maquillaje y al metraje le sobran unas cuantas escenas.

La historia nos lleva a la Alemania de la postguerra, en plena reconstrucción de Berlín, donde el quinceañero Michael Berg conoce y se enamora de una revisora de tickets en el tranvía (Kate Winslet). Comienza su romance -que ya provoca por el hecho de que él es menor de edad y ella prácticamente tiene el doble- y su relación se asienta en los misterios del sexo y en largas sesiones de lectura, en las que el joven pone su voz a innumerables novelas. Al poco tiempo, el romance se rompe no volverán a encontrarse cara a cara por largo tiempo, pese a que el destino reunió sus caminos al poco tiempo.

De esta forma, la trama se adentra en un proceso interno, no sólo de los personajes, sino de un país, permitiéndole jugar con la necesidad de alcanzar la verdad, con la información, la moral, el castigo y la libertad de elegir el propio destino. Pero aquí comienza una fuerza entrópica que hace que el film pierda fuerza: planos excesivamente largos y muchas veces inútiles, con excesos en la música -aunque no de forma tan particular como se había comentado en otros sitios- y un Ralph Fiennes que ha tenido mejores momentos.

Con tintes de dramón monumental -que lo es-, pero sin llegar a lograr la emoción que busca forzosamente, el desempeño de Daldry no ha estado a la altura de sus trabajos anteriores, pese a tener entre manos una joya literaria y un reparto que no está nada mal, pero al cual apenas saca partido. Imperdonables son los pocos momentos del intenso Bruno Ganz y la transformación de Lena Olin en un doble papel en los que no pude reconocerla.

Sin duda, lo mejor de la película es Kate Winslet. Eso sí, dudo de que en esta cinta esté mejor que en "Revolutionary Road". Ya sé que a la Academia le gusta premiar al maquillaje y a la deformación de sus propias estrellas, pero si nos fijamos en la esencia interpretativa, creo que Hanna Schmitz tiene menos intensidad que April Wheeler. Impresionante eso sí es que en el film de Sam Mendes, Winslet actúa con las manos; y en la de Daldry, lo hace con la enorme belleza de sus ojos.

No obstante, no puedo ser tajante con ella. Quizás me dejo llevar por mi debilidad hacia Kate Winslet y por la fe que, pese a "The Reader" le tengo a Daldry. Sin ser una gran película, tampoco es de las que te arrepientas de ver. Para eso hay muchos más bodrios en el circuito. Ahora, dejarse tentar por las voces que hablan de "una gran película", creo que es excesivo.