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miércoles, 19 de agosto de 2009

"Hijos de los hombres" (2006)



Basada en una novela de P.D. James y llevada a la pantalla por Alfonso Cuarón ("Y tu mamá también", "Harry Potter y el prisionero de Azkaban"), "Hijos de los hombres" (Children of men) es una película inquietante, redonda y construida al detalle.

Para no perderme en los muchos vericuetos de la trama, simplificaré al máximo su premisa: hace 18 años que no nace ningún niño en el planeta, en el que además se vive una situación de guerrilla a gran escala. Desde este punto de partida y con una desoladora visión de nuestro futuro cercano, Cuarón nos sumerge en todas las posibles salidas a una realidad así.

Tenemos a un hombre corriente reconvertido en héroe, que vive en una sociedad individualista y desconfiada, gobernada a base del terror y la represión, donde el miedo es un compañero inevitable. Pero siempre hay una luz de esperanza y demostramos la equivocación de los más alarmistas: el ser humano no es tan malo como lo pintan. En medio del caos, aún puede haber algo de orden.

Como eje principal de la historia encontramos a Clive Owen ("Closer"), rodeado de Julianne Moore, Michael Caine y Chiwetel Ejiofor ("Amistad", "Melinda and Melinda") y formando un entramado de personajes muy equilibrado, sin sobresaltos. De la misma forma, la trama se desarrolla de forma pausada, precisa, ccon un comienzo que dispara la adrenalina y acabando en un oasis de tranquilidad, después de habernos llevado por un campo de batalla sin remilgos.

Con una estructura argumental que da pie a muchas discusiones y a un serio debate sobre el futuro, Cuarón nos entrega un film, tal como decía al comienzo, redondo. Sin caer en excesivos momentos lacrimógenos ni testoterónicos enfrentamientos, la película es tan fuerte como frágil, tan dura como sensible. El ser humano es como es, humano, sin más. Y no podemos pedir que todos sean héroes ni podemos condenar su comportamiento.

En medio de la desesperanza y la búsqueda de un mundo mejor, se pueden transgredir algunas normas sin que importe demasiado. Por ello, el bien particular cede ante el bien común, y las personas comunes y corrientes pueden transformarse en ejecutores de una causa superior ante la que nunca habían imaginado encontrarse. En este sentido, la cinta también tiene mucho material de discusión acerca de las motivaciones reales, el utilitarismo de las ideas y el verdadero interés detrás de nuestras decisiones.

Recomendable y con excelentes momentos cinematográficos, en especial la última media hora. La decepción: siempre entendí/creí que Julianne Moore -bien donde la pongan- tenía un rol protagónico.

Como dato anecdótico, quizás asusta un poco la referencia a una pandemia de gripe que asoló a la Tierra en 2008 para explicar las motivaciones del personaje de Owen y la situación del planeta en 2027. Espero que nuestro destino sea diferente y que nuestro futuro no dependa solamente del "Mañana".

"Irma la dulce" (1963)

Repitiendo a la pareja protagónica de "El Apartamento", Billy Wilder consiguió una de las películas más recordadas y divertidas de la década de los 60: "Irma la Dulce" (Irma la Douce) que, sin embargo, hoy en día también suena a historia de enredos más bien conocida.

No quiero quitarle carácter ni menos talento a este trabajo de Jack Lemmon y Shirley MacLaine (en la foto), porque es una película que se apoya bien en sus protagonistas y les saca bastante partido a sus dotes actorales, gracias a un guión muy cuidado en los diálogos y con un final interesante, por decirlo de alguna forma.

Y como ocurre con gran parte de la producción que vino después, muchos bebieron de ella, de su chispa y frescura. Por eso suena tan manida y actualmente pierde gran parte de su tono, de su audacia. Pero Wilder, con su talento natural, saca provecho de una historia bastante absurda, para convencernos de que todo lo que ocurre es posible. Y MacLaine está inolvidable como prostituta.

En el último tiempo, estoy encontrando muchas películas a las que les sobra algo de metraje. Y con ésta me ha pasado lo mismo. Quizás da demasiadas vueltas para llegar al lugar al que nos lleva. Un lugar, en todo caso, agradable y al que le acompañamos con muchas sonrisas y algunas carcajadas.

Una vez que vea "El apartamento", que se filmó 3 años antes que esta cinta, podré decir si el blanco
ménage à trois de Wilder-Lemmon-MacLaine estaba mejor en una u otra. Las comparaciones son odiosas, pero en este caso es algo necesario.

Ojo a la aparición de Bill Bixby, que se convertiría años más tarde en el doctor Bruce Banner de "El increíble Hulk" en la televisión, como un tatuado marinero.
lunes, 17 de agosto de 2009

"Sucedió una noche" (1934)

"Sucedió una noche" (It happened one night) fue uno de los éxitos de mediados de los años 30 del pasado siglo, dirigido por Frank Capra (en lo que sería su primer gran éxito) y protagonizado por una singular pareja: Claudette Colbert y Clark Gable.

La historia, fuente de inspiración para muchas comedias románticas futuras, nos lleva a un largo viaje desde Miami a Nueva York en compañía de una mimada y rebelde heredera (Colbert), acompañada de un desvergonzado periodista (Gable). Lo que un comienzo no son más que diferencias, obviamente terminan transformándose en un apasionado amor. Siento contar el final, pero tampoco había que echarle mucha imaginación.

Previsible y entrañable a la vez, en el film somos testigos de la inmoralidad de los juicios previos y de como el abismo que separa las vidas de Ellie y Peter, desaparece por completo cuando ambos salen de sus respectivos mundos. Si nos paramos en medio de su época, podremos ver lo que significó esta película: por un lado, vemos a una mujer que es mucho más que un adorno y que es capaz de dar la talla frente a los hombres (tendencia que se marcaría cada vez más en los siguientes años); tenemos a una pareja protagónica de primer nivel y, por último, una historia de amor destinada a pasar a la inmortalidad, aunque hoy nos parezca demasiado remilgada e inocente.

Al menos la copia en DVD que tengo en mis manos, tiene algunos problemas de edición (por lo visto fue "retocada" a finales de los años 60) pero no le quita valor a su contenido. Premiada como Mejor Película, Director, Actor, Actriz y Guión Adaptado, "Sucedió una noche" es uno de esos clásicos que nos dejó la época dorada de Hollywood y que siempre estaremos dispuestos a visitar.

"Brüno" (2009)


"Erotismo es ver la pluma; pornografía, la gallina completa". Vuelvo a citar a Isabel Allende en su libro "Afrodita" porque será el eje fundamental de esta reseña. Así, "Brüno", la última película protagonizada y milimétricamente pensada por Sacha Baron Cohen (el Borat de hace un par de años) es, por lo tanto, porno del duro.

En resumidas cuentas, la historia nos presenta a Brüno, un periodista austriaco y gay que, caído en desgracia, se muda a Estados Unidos para reconquistar la fama. En su camino, hará todo lo que esté a su alcance para conseguir su objetivo. Y nunca mejor dicho: todo lo que esté a su alcance.

La que podría haber sido una comedia muy políticamente incorrecta y muy sesuda, se ha convertido en un espectáculo de excesos: sobran minutos, sobran algunos innecesarios momentos para extender el metraje y por sobre todo, hay un exceso de autosatisfacción, casi una práctica de onanismo del creador de la sátira. El problema es que se gusta demasiado.

Una de las primeras reglas de la comedia que funciona es no creerse divertido, sino serlo. Baron Cohen lo es, pero cuando cae en los extremos de la estupidez -y a ratos en la grosería, en el mal gusto, en la falta de respeto- pierde toda su frescura y originalidad.

Geniales son los momentos iniciales en el desfile de Agatha Ruiz de la Prada y después las entrevistas con los padres de "pequeñas estrellas" -aún me sorprendo de la falta de cordura y límites de ellos-, pero en otras pasa por encima del buen gusto y más que carcajadas de complicidad, lo que provoca es una risa nerviosa o incómoda.


Baron Cohen se ha convertido en algo así como el Michael Moore de la comedia, tocando los puntos más débiles de la doble moral americana y de su idiosincrasia. No obstante, su cometido pierde completamente el norte en un producto que, según creo, se le ha ido completamente de las manos, cayendo en un humor burdo, barato y olvidable.

No encontré la comedia irreverente que esperaba, sino un film bastante más vacío de lo que creía. Quizás sea la película más sobrevalorada en lo que va del año e inscribirla en lo que se conoce como la nueva comedia americana -en la que tenemos el toque Apatow y buenas comedias como "Superbad"- me parece un ejercicio de marketing condescendiente para una cinta indudablemente menor.